Ser árbitro de fútbol es una de las profesiones más arriesgadas en el deporte y en la vida. Sus decisiones en fracciones o milésimas de segundos inciden en el destino de un partido, un resultado, una clasificación, un campeonato y de almas que patean una pelota. Quien pita en alto nivel debe obligatoriamente entrenar, estudiar, practicar y mejorar todos los días para mantenerse a plenitud de condiciones
Las exigencias aumentan de nivel cuando se desempeñan otras actividades propias de la civilidad más allá de las canchas. El Distrito Capital cuenta con árbitros que paralelamente se desarrollan en otras carreras, pero cuenta con una persona que ejercer la autoridad en la cancha mientras salva vidas en un hospital: Luis López.
Dirigir y operar con la misma precisión. No es de extrañar que haya nacido en Caracas justo el mismo Día Internacional del Trabajador. Su deseo por ser útil a la sociedad hizo que Luis López estudiara medicina con el mismo impetú que le llevo ser jugador de futbol. Aunque al principio fue difícil, este capitalino logró graduarse como doctor, realizar un posgrado en cirugía, dirigir partidos que le llevaron a debutar este año en la Primera División. El Complejo Hospitalario Dr. José Ignacio Baldó (El Algodonal) ubicado al suroeste de la capital fue el escenario para conocer un poco más al árbitro que dirige compromisos profesionales y opera seres humanos con la misma precisión:
¿Dónde y cuándo nació Luis Misael López
R: Nací en el Hospital Miguel Pérez Carreño de Caracas, un 1 de mayo de 1989.
¿Cómo fue su niñez en Caricuao?
R: Tuve una infancia feliz creciendo en mi casa materna ubicada en La Gran Parada que es un barrio ampliamente futbolístico, pero como no vivía cerca del polideportivo me divertía con los juegos tradiciones como los papagayos, las metras o la bicicleta”
¿De qué manera llegó el fútbol a su vida?
R: Jugué beisbol desde los 8 años pero no tenía un representante que me llevara a las prácticas. Con 11 años de edad un día me acerque voluntariamente a la cancha de fútbol de mi zona, hable con un profesor y comencé a entrenar en ese momento. Estuve en el club Centro Ítalo y luego jugué con el equipo Sub 20 de la Universidad Central de Venezuela donde participe en los Juvines (Juegos Venezolanos de Instituciones de Educación Superior) disputados en San Felipe, Yaracuy 2011.
¿Qué le motivo a seguir la carrera de árbitro?
R: Como jugador siempre veía a los árbitros como unas figuras importantes dentro del terreno. Ellos transmitían disciplina, ética, respeto, cualidades que me hicieron más adelante tomar la decisión de ser árbitro cuando me dedique a los estudios. El arbitraje era la opción ideal para mantenerme dentro del fútbol organizado.
¿Cómo fue el camino para ser árbitro como carrera?
R: Un amigo me recomendó ir al Colegio de Árbitros del Distrito Capital ubicado en el Estadio Brígido Iriarte para formarme de manera teórica como práctica. Me gustó.
¿Recuerda donde y cuando fue su primer partido como árbitro?
R: Aunque no recuerdo la categoría ni los clubes que jugaron sé que fue hace algún tiempo en el mismo Polideportivo de La Gran Parada entre Caricuao y Las Adjuntas. Recuerdo que pude salir adelante pese a los nervios propios de la experiencia.
Además de ser árbitro profesional usted también es médico graduado, específicamente especializado en cirugía ¿Cómo se dio ambas experiencias?
R: Cuando me informaron que tenía un cupo para estudiar medicina en la universidad iba en ese momento a hacer una pretemporada para un equipo profesional. En casa mi padre no me permitió ir a la práctica y me dijo que tenía que estudiar. Aunque era una decisión personal tome su recomendación dándole prioridad a ser doctor. Estando en la universidad jugaba con mis amigos de forma amateur pero me había olvidado del fútbol organizado. Estando en el cuarto año de la medicina acudo por inquietud y deseo al Colegio de Árbitros decidiendo desarrollar en paralelo ambas carreras. Estaba determinado a realizar las dos profesiones pese a chocar por distintas responsabilidades pero logramos que las cosas fluyeran con el tiempo.
¿Cómo es su día a día cómo árbitro y cómo doctor?
R: Las responsabilidades varían mucho según las actividades pendientes. Hay días que llegó a las 6:30 de la mañana al hospital a dedicarme a las labores quirúrgicas o a atender pacientes en consulta hasta horas de la tarde. Cuando terminó, voy a veces a los partidos vespertinos o los que se realizan los fines de semana. Hay otros días que voy temprano a entrenar en la cancha de fútbol antes de ir al hospital para incorporarme a mis labores diarias. Si me toca dirigir o asistir un partido me traslado desde Caracas a cualquier otro estado del país donde este asignado.
¿Pese a su doble responsabilidad todavía sigue estudiando?
R: Actualmente estoy estudiando un Posgrado en Cirugía General que es de dedicación exclusiva y de conocimiento por el Presidente de la Asociación de Fútbol del Distrito Capital y la Comisión de Árbitros quienes me han brindado su apoyo irrestricto.
Por dinámicas y responsabilidades ambas carreras implican que debes tomar decisiones en fracciones de segundos ¿Qué tan difícil es hacerlo?
R: Tanto en la cancha como en el quirófano es importante tener conocimientos claros. Si se presenta una situación complicada debes tener entendimientos profundos en el área que te estas desempeñando para tomar decisiones certeras, claras, precisas en cuestión de segundos para beneficiar a los jugadores o a los pacientes.
Su ritmo de vida hace fundamental contar con un entorno familiar importante ¿Puede hablar de ellos?
R: Hay personas que han hecho mucho para que yo pueda estar donde estoy. Gracias a Dios tengo mi pareja que me ayuda a cumplir con todas mis responsabilidades, mi madre y mi padre viven cerca de mí, tengo una sobrina maravillosa…todos ellos me mantienen en paz, fresco, tranquilo porque están bien y contentos con lo que hago.
R: Yo me debo a mi hospital, a mis pacientes, pero también me debo al fútbol cuando me pide que tengo que estar en una ciudad para cumplir mis labores como árbitro. Pero reconozco que mi familia me entienden mis ausencias en los días de trabajo.
¿Cuál ha sido el día más feliz de su vida?
R: De tantos el día más importante de mi existencia fue en el año 2019 cuando por primera vez entre a una cirugía y me vistió el instrumentista. Reconocí que estaba en el lugar indicado. Salí con una felicidad indescriptible del quirófano que aún no olvido.
¿Cuál ha sido el día más triste de su vida?
R: Es de reciente data cuando un recibí la noticia de la muerte de mi hijo el mismo día que el cumplía cinco años. Es algo que marcó y marcará mi vida para siempre.
¿Cómo disfruta su tiempo libre lejos del estadio u hospital?
R: No hay días libres (risas) pero cuando los hay son para fortalecerte…más que días, son espacios disponibles para entrenar físicamente, para descansar, para recrearte con la familia voy a la playa, a la montaña. La lectura también es fundamental en esos momentos de reposo…por esencia, por voluntad, por iniciativa es importante leer.
¿Qué le gusta y desagrada del fútbol como la medicina?
R: La pasión por ambas carreras hace que valore todo como parte del proceso que debemos recorrer en nuestro crecimiento individual.
¿Qué tan particular es interactuar con las personas como árbitro y doctor?
R: Hemos estado en los dos lados de la moneda. Antes de ser doctor fui paciente, antes de ser árbitro estuve vestido como futbolista queriendo ganar…lo que me ha ayudado al momento de comunicar una noticia o tomar una decisión que afecta un partido es la empatía porque sé que es tener un familiar luchando por su vida o por una victoria.
Esa empatía también viene de conocer la medicina y el fútbol desde la raíz, desde todas las áreas que ha estado ¿Qué valor le da al estudio?
R: El estudio da poder es una frase que escucho con frecuencia. No me preparo para ser poderoso sino que la vida nos manda a conocer para ignorar menos. El aprendizaje es libre, decidimos que tanto conocimiento quiero tener. Por curiosidad e inquietud me gusta ir más allá de las cosas y por eso elegí la medicina y el fútbol.
¿Cómo se visualiza en el futuro, en la cancha o en el quirófano?
R: Me veo entrado en años, con canas, con arrugas, todavía operando personas en hospitales mientras oriento e imparto conocimiento a las personas que se inician o se están desarrollando en el arbitraje. A corto plazo me visualizó dirigiendo un partido internacional con el profesionalismo con el que pude debutar en la Primera División.
¿Qué significa para usted ser árbitro capitalino?
R:Pertenecer a la Comisión de Árbitros del Distrito Capital es un orgullo porque somos la más grande del país. Tenemos una competencia bien bonita porque hay colegas brillantes, que están en permanente desarrollo y que van a llegar alto en la carrera. Ser imagen de la Asociación es placentero y gratificante.