Jhonny Perché: Árbitro y Bombero con legado probado en ayudar al prójimo

Sep 2, 2024

En una sociedad que está adoleciendo más de orden, empatía y sentido común, la labor del bombero es de incalculable valor por el esfuerzo que realiza cuando salva vidas a riesgo de la suya, preserva patrimonios para una comunidad o simplemente decide ser valiente en los momentos en que el miedo vence de calle a la solidaridad. Este servidor público que combate incendios y brinda asistencia en cualquier tipo de siniestros ejerce un oficio innato que implica sacrificio, esfuerzo, estudio y preparación Son de hogares divididos (de la casa a la estación), de guardias y ausencias prologadas en procura, siempre cuando se pueda, de rescatar del peligro a terceros.

Ayudar al prójimo como misión de vida es algo que aprendió Jhonny Irwín Perché González desde su llegada al mundo, el 20 de noviembre de 1982, gracias a su padre que fue avezado apagafuego. Él no solo tomó la vocación por consanguinidad sino que extendió el legado bomberil en la familia y en Distrito Capital con trabajo, practica y deseo por enseñar como lo ha hecho desde hace 10 años en el arbitraje profesional.

-¿Cómo fue su infancia en el Kilómetro 11 hacia El Junquito?

R: Si bien la topografía del lugar no permitía la formación de espacios aptos para la práctica deportiva (terrenos inclinados cercanos a Carapita) uno como muchacho que habitaba en una zona urbana-rural siempre buscaba la forma de hacer actividades recreativas en las distintas disciplinas como baloncesto, pelotica de goma o el fútbol que me formaron rudimentariamente. Pese a no haber espacios se improvisaba.

-Precisamente sobre el fútbol ¿Cómo fue su acercamiento?

R: Nunca lo practiqué como tal…no tuve la oportunidad de visitar una cancha en la infancia más allá del micro fútbol, futbolito de barrio o fútbol sala que si comencé a practicarlo en la adolescencia. La primera vez que estuve en una cancha fue a los 27 años de edad sin saber nada, solamente con lo que había visto en la televisión.

-Tras esa experiencia tardía ¿Cómo llegó el arbitraje a su vida?

R: Gracias a la invitación de un ex árbitro del Distrito Capital y vecino  en El Junquito (Félix Bracamonte) fuimos al Colegio de Árbitros a realizar el Curso de Iniciación. Me motive a hacerlo porque eso me permitía estar ligado a las actividades deportivas en el barrio y al terminarlo me gustó por la formación que recibí sobre la profesión.

-¿Qué aspectos del arbitraje conocía antes del curso?

R: Me llamo la atención la cultura de la justicia, el impartir justicia. Si bien no tuve el chance de jugar al fútbol el arbitraje me dio la oportunidad de seguir ligado al deporte. Al ver las capacidades y facilidades que tenía para el dominio de situaciones en el terreno de juego opte por llevarlo al siguiente nivel que era la formación profesional.

-¿Le sorprendió algo de la carrera en ese aprendizaje?

R: Uno se sorprende al ver la diferencia de lo que opina un fanático que está viendo un partido y cree que se están tomando decisiones erróneas. Cuando te estas capacitando  realmente comprendes las normativas o apreciaciones que avalan tales decisiones, lo que te ayuda a cambiar el chip de la persona que critica a la que aprende y entiende lo que está pasando en el terreno de juego, que al momento de impartir justicia, genera disgustos con una de las dos partes que se ve afectada.

-¿Logró completar la formación arbitral?

R: Con el conocimiento empírico del barrio que tenía sobre el arbitraje ingrese formalmente a la Comisión de Árbitros en 2014 realizando un curso de dos semanas en el Estadio Nacional Brígido Iriarte y no nos hemos detenido hasta el presente.

-¿Recuerda cuándo y dónde fue su primer partido?

R: El primero fue una asistencia en un partido de la categoría sub 20 en el Polideportivo La Gran Parada de Macarao, el 13 de agosto del 2014, hace 10 años.

-¿Qué sensaciones tuvo en ese debut?

R: De tantos sentimientos la principal fue el nerviosismo que generó el trabajo que tenía por delante, entender que la toma de decisiones iba a cambiar la condición o reacción de los jugadores…porque una cosa es lo que ves en clases y otra la que pones en práctica que te impactan como persona. Cuando me fui soltando, recuerdo que el principal me aconsejó que guardara la calma y que tomara las decisiones con pausa, consejo que aún sigo aplicando en el terreno de juego o en la vida misma.

-¿Qué criterios utiliza para la toma de decisiones?

R: Es un todo que implica lo que ves, lo que aprendes y lo que está en las reglas. Es un conjunto de valores o herramientas que determinan la toma de decisiones donde lo principal para mi es el equilibrio que debe existir para no afectar el resultado; Mi objetivo es minimizar el margen de error cuando estoy trabajando, esforzarme para que una decisión dudosa no comprometa el resultado. También la firmeza necesaria para tomar decisiones oportunas y mantener el control del partido en la cancha.

-¿Qué tan fácil o complicado es ejercer la autoridad?

R: La autoridad debe ejercerse en momentos específicos, únicamente para mantener una temperatura que te permita empezar y terminar el partido de forma tranquila. A veces el jugador puede fatigarse por la toma de decisiones, pero cuando un árbitro lo está haciendo de manera equilibrada evita situaciones incomodas para él, para los que están dentro de la cancha o para quienes están disfrutando del espectáculo.

-¿Cómo evalúa su actuación al término de un juego?

R: Para mí la valoración va directamente con la reacción de los cuerpos técnicos dependiendo del resultado. Uno observa las reaciones de los equipos que cuando pierden reconocen que su derrota no tuvo nada que ver con la actuación arbitral. También cuando no hay inconformidad por parte del equipo vencido porque muchas veces quien gana pasa desapercibida jugadas donde pudo haber errores arbitrales.

-¿Y en el caso que terminen empatados?

R: Cuando un equipo es derrotado, empata o le igualan el juego te reconoce de forma respetuosa el trabajo realizado eso se convierte al momento en un punto de valoración de lo que se hizo. Después vendrán la toma de videos, las imágenes o un supervisor arbitral que indicará los detalles del partido que pasaste por alto.

-¿En cuántos torneos ha podido estar presente?

R: Desde el 2014 hemos estado en torneos distritales, por dos años pitamos en la Serie Oro (equivalente de la actual Liga FutVe Junior) donde estuve bastante tiempo y dirigí la final de la categoría sub 18 (Clásico Caracas-Táchira) en 2018. Fui árbitro del partido decisivo del primer Torneo de Reservas a nivel nacional en 2019 (Caracas-Zamora). En 2020 debute en Segunda División (con juego Petroleros de Anzoátegui ante Chico de Guayana) y en 2022 hice mi estreno en la Primera División.

-¿Hay diferencias en el arbitraje de Primera y Segunda División?

R: En Segunda División se nota el trabajo y la preparación que tienen los árbitros a nivel local y nacional porque he compartido con muchos de ellos en todo el país. Hemos visto el esfuerzo, la exigencia que ellos mismos se tienen en una competición demandante donde el nivel de juego es duro, los contactos y las disputas son fuertes.

-¿Entonces la Segunda no es tan sencilla como muchos piensan?

R: Hay que tener una condición mental y física para poder trabajar y controlar situaciones en la Segunda División. Incide mucho los factores climáticos que rodean los estados en Venezuela, donde la mayoría de los partidos se disputan a las tres de la tarde con altas temperaturas, calor, humedad que implican prepararse a cabalidad para tomar mejor las decisiones, controlar el partido con respeto a la fatiga física-mental.  Con todo el nivel arbitral es bueno, ajustado a las exigencias del torneo.

-¿Aparte de ser árbitro que otra profesión desempeña?

R: Soy bombero profesional. Llegue al Cuerpo del Distrito Capital en 2001 de la mano de mi papá – que también lo fue por mucho tiempo – y ya tenemos 23 años de servicio.

-¿En cuál división está adscrito actualmente?

R: Del 2001 al 2018 estuve en el Área Operativa de Combate y Supresión de Incendios. A partir de ese año hasta la actualidad trabajo en la capacitación de nuevos talentos, forme parte de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad donde capacitamos a más de 230 alumnos para ingresarlos a las filas de los Bomberos.

-¿Para usted cómo sería un buen día como bombero?

R: Es aquel que te genera la satisfacción de ayudar a la comunidad, saber que estamos realizando un servicio público de calidad, dando el todo por el todo para salvar vidas y bienes que es nuestra misión fundamental como funcionarios del estado. En el mundo se considera al bombero una labor muy loable y nuestro trabajo es ayudar a las personas que están necesitadas en situaciones de peligro o riesgo.

-¿Recuerda alguna situación donde su vida ha corrido peligro?

R: Trabaje en varios incendios de gran magnitud, pero recuerdo uno que sucedió en La California donde tratábamos de apagar el fuego en un inmueble donde funcionaba una fábrica de papel que colapsó; las vigas cedieron y un soporte del primer piso de la estructura aguantó evitando que nos cayera encima a todos los funcionarios.

-¿Qué tan complicado es ser bombero en estos dias?

R: Es difícil porque el temor natural al fuego siempre ha existido en el ser humano. Hay una diferencia entre una persona común y un bombero que radica en que mientras la primera huye, se aparta de un incendio o situación de riesgo, uno se acerca, va hacia adelante. Nos enfrentamos al peligro para combatirlo y vencerlo. Debemos luchar contra el fuego porque sabemos que está en juego la vida de otros.

-¿Cómo divide su tiempo para cumplir con ambas carreras?

R: La planificación tiene que hacerse de forma semanal porque hay días específicos en lo que los alumnos aspirantes a bomberos necesitan de un tipo de capacitación que implican tener que coordinarme con el Colegio de Árbitros. ¿Cómo lo hago? Viendo la disponibilidad en el cronograma de actividades y lo adaptó a las fechas de formación como docente. Eso me permite cumplir con las dos responsabilidades.

-¿Háblenos de su entorno más cercano?

R: Mis padres gracias a Dios están vivos residiendo actualmente en El Junquito. Toda la vida dedicados a la enseñanza…algo que les agradezco de corazón porque siempre estuvieron presentes en mi existencia, formándome como el hombre que soy, pendientes de que sus aprendizajes hayan sido vitales para mí como para mis dos hermanos. Ellos nos enseñaron valores que han servido para la vida y el arbitraje.

-¿Cómo asumen ellos su ritmo de vida?

R: En la familia mi mama era la que siempre se preocupaba cuando salía de guardia porque no sabía el tipo de situaciones iba a enfrentar…habían días que no sucedía nada pero había otros donde pasaba de todo (colisiones, incendios de estructuras) experiencias adversas que generan incertidumbre al estar expuestas a ellas. Mi papa no se preocupaba tanto porque como destaque antes él fue bombero profesional.

-¿Usted decidió seguir su legado en la familia?

R: Él siempre estuvo muy ligado a su trabajo, fue muy profesional y sabía lo que representaba ser bombero. Con el tiempo mi mama entendió que los sacrificios son parte de la vida, que estamos acá y que vemos la muerte de cerca muchas veces, pero estamos preparados para evitar o minimizar los riesgos cuando se presenten.

-¿Cómo afronta un bombero la perdida humana?

R: Es difícil porque en muchas ocasiones me toco trasladar heridos en estado crítico que mueren. Cuando sus familiares preguntan por ellos respondemos que no poseen signos vitales – no decimos que la persona falleció – y ver su derrumbe emocional es muy duro. Somos profesionales que debemos lidiar con eso, tenemos que estar preparados mentalmente para mantener la calma y no empeorar la situación de ellos.

-¿Cómo animó a su hermano para entrar en el arbitraje?

R: Más que convencerlo lo que funcionó fue el ejemplo. Al conocer el esfuerzo realizado en el tiempo, al gustarle las escalas que iba alcanzando en la profesión y al verme trabajando decidió hacer el curso inicial (con la ventaja que él si fue futbolista a diferencia de mí). Lo terminó y gracias a Dios le ha ido muy bien en el arbitraje.

-¿Tony Perché dice que usted ha sido su otro papá, su guía?

R: Una de mis mayores satisfacciones es ver a mi hermano trabajar, formarse, saber que está haciendo las cosas y que le ha ido bien gracias a Dios. Tiene mucha proyección, es reconocido como un buen árbitro dentro de la comisión lo que me hacen sentir orgullo porque ha tenido la mayor dedicación y abnegación posible.

-¿Cómo le gustaría ser recordado por quienes lo conocen?

R: Para mí el mayor orgullo ha sido el proteger. Me caracterizo con ser un árbitro protector y un bombero formador de las nuevas generaciones. En los dos ámbitos me ha tocado formar compañeros que se sienten seguros y confiados del trabajo realizado. No hay mayor satisfacción que ellos se sientan protegidos y en confianza para hacer o decir cualquier cosa sabiendo que van a recibir el respaldo de mi parte.

-¿Qué planes tiene a futuro en sus dos profesiones?

R: A corto plazo permanecer en el arbitraje, a nivel bomberil como tengo la jerarquía como oficial (Teniente Coronel) puedo seguir en la capacitación mientras estoy en la gerencia a nivel distrital por la experiencia y los años de servicio que disponemos.

-¿Ser hijo de educadores le da alguna ventaja para formar?

R: Como árbitro y bombero lo que más me gusta es que los muchachos entiendan que nuestro trabajo es una gran responsabilidad, que implica mucho compromiso. Cuando un compañero de labores en fase formativa entiende la responsabilidad que tiene, creo que está listo para enseñar, solo debe consolidar su toma de decisiones, tener control de las situaciones difíciles y hace su propia estructura profesional.

-¿Qué cosas de ser bombero lleva al arbitraje y viceversa?

R: Es primordial el manejo de situaciones difíciles. En la carrera bomberil y en el arbitraje pasan cosas que parecen mínimas pero que luego se convierten en algo grande, como por ejemplo, un corto circuito que puede generar un incendio estructural de magnitud del mismo modo que ocurre algo pequeño en la cancha que dejas pasar se convierte en un conflicto de incalculables proporciones. Si estamos preparados, mantenemos la calma, podemos resolver los problemas y hacer nuestro trabajo.

-¿Qué herramientas le sirven para despejar la mente?

R: Mantener la concentración para hacer las cosas de forma eficiente como efectiva, trabajar de inmediato para afrontar situaciones adversas que no queremos que se repitan y luego de eso me gusta tomar un tiempo a solas, descansar donde no tenga interrupciones de ningún tipo o caminar cerca de casa para despejar la fatiga mental.

-¿Qué es para usted ser árbitro y bombero capitalino?

R: Para mi es el máximo orgullo, una satisfacción enorme la que me genera las dos carreras porque como bombero se ha podido ayudar a muchas personas y he estado allí al momento que han necesitado de mi como alguien dedicado a la atención. Como árbitro es similar cuando en momentos difíciles he encontrado conformidad y satisfacción en ambas partes que hacen reconocer que se hizo un buen trabajo.