El amor más profundo que puede existir es la siente una madre e hijos. Ella los tuvo en su vientre por nueve meses dándoles vida en condiciones particulares mientras ellos les corresponden su afecto y protección con ternura e inocencia. En comparación a tiempos remotos donde la mujer se quedaba en casa cuidando a sus descendientes, la madre del presente sale a la calle a buscar el sustento de su familia con base a esfuerzo, inteligencia y fortaleza propio de estos tiempos.
Muchas realizan las más diversas actividades que impone el ritmo actual de la sociedad, pero también hay quienes persiguen sus sueños – como por ejemplo ser árbitra de fútbol – que se educan, entrenan, visualizan su futuro con la misma convicción con la que desempeñan la maternidad durante toda su existencia. Andy Pérez Márquez es una de esas madres que crean su propio destino: Capitalina por partida doble (nacida en la Maternidad Concepción Palacios el 9 de diciembre de 1992 y árbitro de la Asociación de Fútbol del Distrito Capital desde 2016) entiende las exigencias que implican dividir el tiempo entre el hogar y en la cancha.
¿De todos los deportes que practicaste el fútbol no fue uno de ellos?
R: Mi vida estuvo siempre ligada al deporte porque mi papa jugaba baloncesto y mi madre voleibol. Sin embargo, el fútbol no me gustaba al principio como jugadora, pero luego lo empecé a ver más allá de ser jugador, comencé a detallarlo y me gustó.
¿Si no fue jugando que fue lo que te atrajo del arbitraje?
R: El arbitraje brinda una adrenalina única porque debes tener el control de 22 jugadores en la cancha, más las personas que están en las áreas técnicas. Tienes que ser justo, estar preparado para lo inesperado, estar activo en todo momento.
¿De qué manera iniciaste el camino para ser arbitra?
R: Cuando jugaba kikimbol tenía una amiga que veía entrenando mucho. Cuando me entero que es árbitro fui a los partidos que le tocaba estar y admiraba como podía dirigir a tantos hombres respetando los fundamentos del fútbol. Con el tiempo ella me hizo la invitación por mi estatura y la motivación que tuve para elegir esta carrera.
¿Recuerda su primer día en la cancha y los sentimientos que vivió?
R: Debute como asistente en una cancha en Las Adjuntas en un partido de la categoría femenina Sub 16 entre Macarao y Caracas. Al principio sentí ansiedad, nervios, pero cuando pasa la primera jugada y una sentencia se mete en el papel como quien dice. Si estas allí es porque te gusta y quieres hacer las cosas bien, no fallar.
– ¿Pero además de ser árbitro también es mamá?
R: Tengo una niña de 10 años que afortunadamente veo crecer con el apoyo de mis padres. Si bien la profesión te exige entrenar en cancha cinco, seis días y ver clases teóricas dos veces por semana, trato de tener tiempo para compartir con mi hija cada vez que puedo. Sábados y domingos cuento con mi familia para que estén con ella.
¿Cómo es tu día a día siendo mamá y árbitro?
R: Como estoy enteramente dedicada a ser árbitro me levanto temprano en la mañana a dejar listo las cosas de mi hija mientras su abuela la lleva a la escuela. A las 7:00 am ya estoy entrenando con mis compañeros; luego salgo a buscar a la niña, almorzamos juntas para en la tarde llevarla a la gimnasia y voy a mis clases teóricas.
¿La rutina puede ser agotadora para usted?
R: A veces complicado porque debo trasladarme en moto de un lado al otro de la ciudad y cuando llega la noche quieres descansar, pero uno busca la manera de estar con mi hija, escuchar sus cosas y aprovechar el tiempo cuando se puede.
¿Te gustaría que tu hija siga tus pasos?
Si bien le tengo amor a mi profesión dejaría a mi hija decida a su libre albedrío. Yo tuve la oportunidad de hacer otras cosas en la vida ante de llegar al arbitraje, entonces espero que también haga sus cosas, si quiere ser bailarina, deportista…lo que decida en el camino y considere que es bueno, estaré con ella para apoyarla.
-¿Qué tan difícil es desempeñar los roles de madre y arbitro?
R: Puede ser frustrante porque uno puede sentir que no estas cumpliendo ambos roles. (El Día de la Entrevista) mi mamá me escribió al celular para que le llevara un medicamento a la niña porque no estaba bien de salud. Quería estar con ella pero me mentalice para cumplir mis responsabilidades en la cancha, el aula y en la casa.
–¿Cuál es el día que más ha valorado la faceta de madre?
R:Como tengo una hija grande que tiene conciencia (llora) ella comprende cuando no compartimos mucho. El árbitro no tiene feriados, a veces falta a los cumpleaños familiares, pero cada vez que les preguntan a mi niña dice con orgullo Mi mamá es FIFA, mi mama trabaja en FIFA con inocencia. Eso es sumamente inmenso porque sé que no tiene resentimiento por mis ausencias o fallas…entiende lo que hago y el poder ser su ejemplo es lo que me llena de vida y me motiva a seguir día a día.
–¿Cómo se imagina su futuro junto a su hija?
R:Me visualizó con proyección a seguir avanzando, trabajando duro para llegar lejos independientemente de lo que depare el destino. Que se vea que llegue aunque el camino haya sido fuerte, con tropiezos. Por mi hija y por mi debo demostrar lo fuerte que somos para cumplir los sueños que tenemos en el presente.
–¿Y cómo Árbitro Capitalino?
R: Quiero apuntar hacia lo máximo con trabajo, ética, empeño y disciplina para ser árbitra presente en torneos locales e internacionales para orgullo de mi hija. Me gusta mi profesión porque es apasionarte y me exige hacerlo bien.